Cómo un mejor equilibrio entre vida y trabajo transforma el cambio cultural

24 de noviembre de 2023


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A medida que las organizaciones implantan nuevos procesos y formas de trabajar, una clave 'suave' que ayuda al cambio de cultura es mejorar la' equilibrio entre trabajo y vida privada - y aquí, los líderes tienen que dar ejemplo. Cuando los equipos trabajan de forma más sostenible y tienen tiempo para pasiones no laborales, aportan una energía renovada para adoptar transformaciones.

En mis recientes proyectos de consultoría, los clientes han compartido cómo las iniciativas de cambio cultural han impulsado su equilibrio entre vida laboral y personal, y a su vez han ayudado a retener y atraer talento. 

Por ejemplo, un miembro del equipo que antes trabajaba hasta la 1.30 de la madrugada antes de las reuniones importantes, ahora puede realizar su trabajo durante el horario habitual. Con un proceso más eficaz como la Planificación Empresarial Integrada (PEI) en marcha, las heroicidades de última hora son menos necesarias. La información está disponible antes, por lo que las decisiones pueden tomarse con confianza sin interminables solicitudes de datos adicionales. 

Otro cliente informó de que sus empleados ahora comprenden mejor qué actividades impulsan realmente los resultados en sus funciones. Pierden menos tiempo en tareas no esenciales y evitan el perfeccionismo innecesario. Los directivos también hacen preguntas más inteligentes, en lugar de exigir informes porque sí. Esta optimización del flujo de trabajo permite a las personas dar prioridad a lo que importa y ganar tiempo libre por las tardes y los fines de semana.

Además, los clientes me dicen que sus equipos muestran una mayor apertura a la hora de debatir continuamente cómo mejorar los procesos. Hay una mayor apropiación compartida de los resultados en lugar de acusaciones entre departamentos. Este cambio en la cultura de colaboración reduce las ineficiencias que antes llevaban a trabajar muchas horas y los fines de semana para compensar.

 

Retener y atraer el talento

Estos ejemplos demuestran cómo incluso pequeñas disminuciones en las horas de trabajo extra, posibilitadas por cambios organizativos, renuevan a los empleados' energía. Cuando la gente se siente capacitada para trabajar de forma más inteligente y ganar tiempo personal, aumenta su compromiso y su disposición a adoptar nuevos comportamientos. Además, también aumenta su lealtad, lo que reduce la rotación de personal. Este punto es importante, dado que, según una investigación de Glassdoor de 2019, el empleador medio gasta 3.335 libras (4.000 dólares) y 24 días por cada nueva contratación, antes de los costes de formación. La rotación laboral es mala, y en un mercado laboral ajustado, el acceso a los mejores talentos está restringido.

La pandemia'ón del trabajo a distancia puso aún más énfasis en el equilibrio entre la vida laboral y personal. Los empleados esperan cada vez más flexibilidad en cuanto a cuándo y dónde trabajan. Los directivos deben permitirlo a la vez que cuidan de evitar el agotamiento. Por ejemplo, establecer directrices claras sobre las expectativas de tiempo de respuesta del correo electrónico y evitar las reuniones a la hora de comer fomenta unos límites saludables.

Además, los empleados híbridos y remotos requieren más intencionalidad por parte de los líderes para diseñar interacciones que construyan cultura, especialmente para los miembros más nuevos del equipo. Las pausas para el café virtuales compartidas, las videoconferencias informales y el reconocimiento de los logros en las reuniones presenciales ayudan. El equilibrio entre el trabajo y la vida personal mejora cuando los equipos se vinculan en torno a su humanidad, no sólo a las tareas.

Algunos argumentan que las difíciles condiciones económicas exigen trabajar muchas horas y hacer del trabajo el objetivo principal. Sin embargo, las investigaciones sugieren que las empresas rinden más cuando los empleados trabajan un horario razonable y disponen de tiempo de inactividad para refrescarse. Algunos estudios demuestran que la productividad disminuye drásticamente a partir de las 50-60 horas semanales. Los equipos fatigados y poco comprometidos ofrecen peores resultados.

Del mismo modo, las culturas excesivamente fijadas en el rendimiento laboral por encima de las personas conducen a compensaciones poco saludables. Los empleados empiezan a pensar, "Mientras yo rinda, mis jefes no'no les importa cuánto sacrifique personalmente". Sin embargo, tales culturas acaban implosionando bajo el peso del agotamiento y la rotación de personal.

 

Predicar con el ejemplo

Los líderes que fomentan la integración de la vida laboral y familiar y que son ellos mismos un modelo de esta política impulsan un cambio cultural que se mantiene. Se centran en los resultados conseguidos mediante flujos de trabajo deliberados y equipos comprometidos y capacitados. Las personas sienten que su integridad como seres humanos se valora junto con sus contribuciones como trabajadores.

Esto refleja mi experiencia personal. Desde que me incorporé a Oliver Wight, yo'he mejorado mi equilibrio entre trabajo y vida privada a la vez que ha aumentado mi eficacia. Al principio, cada reunión con un cliente requería una preparación exhaustiva. Ahora, con mayor experiencia, puedo ofrecer calidad mientras paso más tiempo montando en bicicleta, haciendo ejercicio y recargándome de energía.

Del mismo modo, mi objetivo es ayudar a los clientes a construir culturas en las que la gente no'no se queden hasta tarde por obligación sino por auténtico compromiso. El entusiasmo renovado sigue a los cambios organizativos que alivian la carga de los equipos' hombros de los equipos. La contribución impulsada por un propósito surge entonces con alegría, en consonancia con el hecho de vivir una vida plena más allá de las paredes de la oficina.

El camino hacia esa cultura holística y humanista pasa por mejorar la integración del trabajo y la vida privada. Iniciativas como la Planificación Empresarial Integrada hacen que los equipos agobiados y pendientes del reloj sean cosa del pasado. 

Las nuevas formas de trabajar deben ayudar a las personas a ganar tiempo para sus pasiones. Los líderes deben comprobar si los nuevos procesos sobrecargan aún más a los empleados o aligeran su carga. Cuando las organizaciones ayudan a los empleados a vivir y trabajar bien, los esfuerzos de cambio cultural adquieren un impulso imparable.

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