Por qué es fundamental que las empresas sepan por qué cambian los números
17 de octubre de 2022
Si la pandemia detonó un periodo de volatilidad para las empresas, muchas aún sienten las réplicas. Sin embargo, ahora estamos en una fase en la que las organizaciones están jugando a ponerse al día, o al menos a intentarlo. Porque las interrupciones se han ido sucediendo con rapidez.
Justo cuando los líderes pensaban que los flujos de la cadena de suministro se habían normalizado, estalló la guerra en Ucrania y desencadenó una crisis energética, la inflación y el impacto de la demanda. Toda esta incertidumbre se suma potencialmente a los problemas existenciales de las empresas que no revisan regularmente sus números. O, lo que es más pertinente, que no miren más a fondo y analicen por qué cambian las cifras.
De hecho, las empresas más progresistas se han dado cuenta de que la tradicional comprobación anual o bianual de los números e incluso la reflexión anual ya no son adecuadas. Pero los que han evolucionado hacia el uso de evaluaciones continuas y han adoptado la planificación empresarial integrada para ayudar a navegar mejor en aguas turbulentas siguen siendo la minoría.
Las predicciones aisladas realizadas hace seis meses sobre la base de las métricas habituales probablemente sean hoy ridículamente erróneas. Para sobrevivir y prosperar hoy y hacer planes futuros realistas, las empresas deben tener en cuenta más puntos de datos, y la evaluación continua es fundamental.
Es demasiado fácil que la gente se pierda en los resultados y las proyecciones financieras en lugar de explorar el pensamiento y las suposiciones que hay detrás de los números. En Oliver Wight utilizamos a menudo la frase "los números no cambian sin más", y es cierto.
Los números pueden cambiar en una hoja de cálculo, pero ahora es vital que los dirigentes sean más conscientes del porqué. Del mismo modo, las hipótesis desempeñan un papel fundamental en el horizonte futuro de las actividades de planificación de una empresa. Por tanto, hay que refrescar y revisar las ideas cada mes, o incluso con más frecuencia, para identificar cualquier fluctuación lo antes posible.
El conocimiento es poder
Con estos últimos conocimientos y una comprensión más desarrollada de por qué el cambio ha tenido un impacto positivo o negativo en las cifras, una organización puede tomar medidas para reoptimizar las operaciones en busca de los objetivos financieros y empresariales con confianza.
Me resulta chocante que tantas empresas sigan realizando estas comprobaciones sólo de forma anual o bianual como parte de sus procesos de presupuestación y planificación. Esa frecuencia de revisión es insuficiente para ganar tiempo y reaccionar de la mejor manera en el mundo actual. Con este enfoque anticuado, sólo es posible la lucha contra el fuego a corto plazo. Es inútil si de repente surge un problema no detectado que podría haberse evitado si se hubiera oteado el horizonte.
Las empresas tienen que ponerse al día. Durante décadas, las organizaciones han utilizado evaluaciones estáticas y puntuales para medir el éxito futuro. Hay que descartar ese modelo. En su lugar, ahora es necesario realizar suposiciones continuas para entender los cambios clave en el radar y ver si hay que tomar medidas correctivas.
Y también hay que cuestionar esos supuestos. Si se realizan escenarios y se invierte en un análisis mejor y más completo, se pueden tomar decisiones importantes frente a los cambios probables con mucha antelación. El iceberg puede evitarse si el capitán tiene mayor visibilidad. Como escribió el historiador Edward Gibbons: "El viento y las olas están siempre del lado del navegante más hábil".
Además, podría decirse que la tradicional mentalidad de "dentro del año" y "fuera del año" también necesita una actualización. Comparar este ejercicio con el anterior quizá no sea útil. Aunque alcanzar las cifras de este año es importante en términos de objetivos, lo que es más crucial es tener un gran plan para el año siguiente junto con las acciones necesarias para cumplir el plan de negocio y, por tanto, el presupuesto.
Se necesita mayor visibilidad y agilidad
Desgraciadamente, hay numerosos ejemplos de empresas -e incluso de sectores enteros- que se han equivocado recientemente. Las aerolíneas y los aeropuertos, por ejemplo, mostraron una lamentable previsión para prepararse adecuadamente cuando se eliminaron las restricciones del coronavirus a principios de este año. Como resultado, la experiencia de los viajes al extranjero fue lamentable durante las vacaciones de Semana Santa, cuando muchas personas salieron de vacaciones al extranjero por primera vez en tres años. La situación no fue mucho mejor en verano.
Creo que al sector aún le faltan otros seis meses para recuperarse adecuadamente, lo que sugiere que el calendario de toma de decisiones para los acontecimientos que causaron tantos problemas debería haber sido el año anterior. O al menos deberían haber sido escenarios y planes que asumieran que si el impacto del virus disminuía, los viajeros estarían desesperados por volar.
Por último, en el clima actual, en el que la confianza de los consumidores se ha visto afectada, las previsiones de la demanda y los problemas de la cadena de suministro se autocorregirán en cierta medida. La preocupación puede ser que, aunque se reduzcan los retrasos, la demanda podría haber desaparecido para cuando se pueda cumplir un pedido, por lo que, de nuevo, es fundamental entender el pensamiento que hay detrás de las cifras.
Una vez más, la única manera de dirigir una empresa ágil y con éxito en 2022 es utilizando la planificación empresarial integrada. Se trata de un enfoque contemporáneo que involucra a personas que realmente entienden el pensamiento detrás de los números utilizando un proceso con una cadencia que proporciona una visibilidad significativamente mayor del horizonte y más allá.