¿Están los líderes empresariales preparados para liderar en un mundo post-pandémico?
22 de octubre de 2020
Casi todas las empresas del mundo se han visto afectadas por la pandemia de Covid-19 en algún grado, y muchas han tenido que adaptar sus modelos de trabajo para seguir funcionando durante los periodos de cierre. Esto ha planteado enormes retos a los líderes empresariales, muchos de los cuales se han visto obligados a adaptarse rápidamente a un nuevo estilo de liderazgo sin previo aviso. Aunque ha habido desafíos, muchos han descubierto beneficios que significan que es poco probable que vuelvan a las andadas. Entonces, ¿qué deben hacer los líderes empresariales para prepararse para la forma de trabajar en un mundo post-pandémico?
Trabajo a distancia
El número de personas que trabajan a distancia estaba en constante aumento antes de Covid. Algunas empresas -sobre todo las nuevas, las tecnológicas y las que tienen directores generales millennials- ya ofrecían a sus empleados algún aspecto de flexibilidad. Lo que ha cambiado es la aceleración de la adopción del trabajo flexible provocada por la pandemia. Incluso algunos de los empresarios más resistentes se han visto obligados a adoptar un modelo de trabajo a distancia para seguir funcionando.
Los líderes y gerentes de las empresas han tenido que adaptar sus estilos de liderazgo y aceptar que no pueden supervisar a sus empleados tan de cerca. La medición del rendimiento se ha desplazado del número de horas diarias que un empleado está presente en su mesa a su nivel de producción y resultados. Muchos jefes han comprobado que sus empleados son tan productivos, o más, cuando trabajan desde casa o de forma más flexible, lo que demuestra que sus temores sobre el trabajo a distancia son infundados.
Permanecer conectado
Por supuesto, el trabajo a distancia también plantea retos, sobre todo para las empresas a las que se ha impuesto de forma tan repentina. La forma en que los empresarios, los empleados y los equipos se comunican entre sí ha cambiado. Mientras que antes podíamos ir a la oficina de alguien para hacerle una pregunta rápida, ahora hay que realizar una acción adicional -pegar a alguien, enviar un correo electrónico o coger el teléfono- para obtener una respuesta.
Aunque es razonable esperar que esto lleve a los líderes empresariales y a sus empleados a comunicarse con menos frecuencia, muchos han descubierto que la calidad de la interacción es más valiosa. Uno de los empresarios con los que trabajamos pasa más tiempo comunicándose con sus empleados desde el mes de marzo, dedicándoles tiempo a lo largo del día. Se ha dado cuenta de que si se permite que el empleado se sienta orgulloso y responsable de su propio trabajo, se obtiene el mejor rendimiento.
Para los directivos de las empresas, el objetivo debe ser facilitar la comunicación entre sus equipos a pesar de la distancia física. Algunas empresas han adoptado un sistema de mensajería instantánea para que los equipos se comuniquen de forma rápida y sencilla, haciendo que sea tan fácil mantener una conversación digital como tener una charla en la sala de juntas. También es importante tener en cuenta los diferentes grupos demográficos de sus empleados y cómo pueden aceptar el uso de las nuevas herramientas de comunicación. Para la generación más joven, la comunicación digital es algo natural, por lo que es probable que acepten y utilicen un sistema de mensajería instantánea, mientras que los directivos de las empresas deben tener en cuenta otras consideraciones para conseguir que los empleados de más edad se unan a él.
Educación de los empleados
Para quienes han trabajado de una determinada manera durante mucho tiempo, la introducción de nuevas tecnologías puede resultar intimidante. Los estudios también demuestran que, para la mayoría, es probable que cualquier nueva tecnología introducida hasta los 35 años se adapte y la aprenda, pero para los que superan esa edad, resulta perturbadora y alarmante. Es probable que este efecto se agrave si un empleado intenta aprender a manejar un nuevo sistema de forma individual desde su casa.
La formación es fundamental y también debe tener en cuenta el nivel actual de habilidades y conocimientos de los empleados, que puede variar entre los distintos grupos. Los responsables de las empresas deben poner en marcha un programa estructurado que garantice que la formación de todos los empleados esté actualizada y que se les apoye y capacite con los conocimientos necesarios para desempeñar su función lo mejor posible, tanto si están en el lugar como si no.
Valorar a su gente
Cualquier buen dirigente empresarial sabe que las personas que se sienten apoyadas, comprometidas y capacitadas son las más motivadas y productivas. En estos tiempos difíciles, es especialmente importante que los empresarios reconozcan y admitan que algunos empleados pueden enfrentarse a retos adicionales creados por las nuevas formas de trabajo, por ejemplo, si tienen que compaginar el trabajo desde casa con el cuidado de los hijos. Esperar el mismo nivel de rendimiento de estos empleados que el que obtienen en la oficina, añade estrés adicional y puede llevar a que el empleado se desvincule y se desmoralice.
En cambio, los que se sienten apoyados por un empleador comprensivo son los que harán un esfuerzo adicional y permanecerán fieles a la empresa. En todo caso, Covid ha puesto esto en evidencia. No sólo los empresarios han aprendido en qué empleados pueden confiar, sino que los empleados han aprendido lo adaptables que están sus jefes a sus necesidades. En general, la gente está menos dispuesta a hacer concesiones y es probable que se vaya si no se satisfacen sus necesidades.
2020 ha dado a los líderes empresariales la oportunidad de evaluar sus modelos de trabajo y estilos de liderazgo para el futuro. Muchos han visto los aspectos positivos de los modelos de trabajo flexibles y a distancia y es probable que algunos nunca vuelvan a la oficina a tiempo completo. La generación más joven ya demandaba opciones de trabajo más flexibles antes de la pandemia, ahora que todos han probado cómo es un equilibrio más saludable entre la vida laboral y personal, los líderes empresariales deben estar preparados para que el cambio sea a largo plazo.