Recuperar el sentido común en la era de la sobrecarga tecnológica: ¿existe una aplicación para ello?

19 de octubre de 2023


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Cuando, hace unos fines de semana, me entregaron por fin las llaves de un nuevo y reluciente coche eléctrico que pedí hace casi dos años, mi entusiasmo cambió rápidamente a marcha atrás. Como resultado, me enfrenté a una comprensión más amplia sobre nuestra relación con la tecnología que, si no se controla, nos llevará a toda velocidad en la dirección equivocada.

Una vez en el conductor's seat, the car's app asociada, diseñada para habilitar diversas funciones, se convirtió en un reto desconcertante. En pocas palabras, no'no funcionaba. La cuestión era que porque yo había poseído previamente uno de los fabricantes's otros modelos hace algún tiempo, la aplicación no podía coincidir con mi perfil con este nuevo coche, y era imposible ser configurado como el coche's usuario legítimo.

Aunque podía conducir el vehículo -aunque sólo anulando el sistema-, había una gran cantidad de funciones inaccesibles, y tener que recurrir a soluciones provisionales simplemente para utilizar el coche mermaba un poco la experiencia del usuario. Por ejemplo, no podía ver dónde estaba estacionado el vehículo si lo había aparcado yo u otra persona. Además, los números de emergencia sólo eran accesibles en la aplicación. 

El equipo de asistencia técnica no estaba disponible para resolver el problema por ser fin de semana. A pesar de las funciones avanzadas, la falta de integración entre las aplicaciones y los sistemas del fabricante crearon más dolores de cabeza que ayuda.

Por desgracia para mí, esta experiencia se convirtió en el emblema de una narrativa más amplia: nuestra obsesión por la novedad tecnológica a veces deja de lado el sentido común centrado en el usuario, y las empresas son propensas a hacer las cosas por el bien de la tecnología en lugar de por el cliente.

El atractivo de utilizar la tecnología sin un caso de uso bien pensado es un problema cada vez más frecuente en el mundo empresarial. Sólo porque una solución sea nueva o vanguardista no'no la convierte automáticamente en beneficiosa. I'he sido testigo de cómo numerosas empresas quedaban atrapadas en el espejismo digital, implementando herramientas y software sin una comprensión profunda de su verdadero valor o sin considerar si realmente mejoraban la experiencia del usuario o del cliente.

Trampa tecnológica

Para las empresas, caer en la trampa de la tecnología por la tecnología puede desviar recursos, tiempo y atención. Además, puede alejar a las empresas de sus objetivos principales y de las propias personas a las que pretenden servir. Cada solución digital introducida debe someterse a una prueba de fuego. ¿Ayuda a agilizar las operaciones? ¿Mejora la experiencia? Si no es así, ¿por qué la adoptamos?

Sin embargo, el verdadero cambio de juego reside en la integración de datos. Hoy en día'El panorama empresarial actual está plagado de soluciones tecnológicas aisladas. Cada una afirma ser la panacea para problemas específicos, pero aisladas, su eficacia disminuye. Como en mi experiencia con el nuevo coche eléctrico, los clientes se ven obligados a salvar las distancias con sus improvisadas soluciones.

El verdadero poder se aprovecha cuando estos sistemas independientes hablan entre sí, presentando una visión unificada y completa. La integración también libera el poder de los datos. Cuando los sistemas se comunican en toda la empresa, los datos pueden consolidarse, organizarse y analizarse en toda la empresa. Esto proporciona una visión integrada que no es posible con conjuntos de datos aislados. 

Sin embargo, una integración adecuada requiere previsión, no reflexión a posteriori. Los sistemas deben diseñarse desde el principio para compartir datos, perspectivas y capacidades entre plataformas. El objetivo debe ser mejorar la productividad y el potencial humanos a través de la tecnología, no comprometerlos.

Imagine una aplicación organizativa universal que consolide varias funcionalidades: gestión de la energía, reservas de transporte y análisis empresarial. La comodidad y eficacia de una plataforma así facilitaría sin duda la vida de consumidores y empresas por igual. 

Integración significativa

Piense en la cabina de un avión. El conjunto de indicadores, alertas y controles se integran en un cuadro de mandos completo que los pilotos pueden interpretar rápidamente. Aunque está automatizado en gran medida, el piloto mantiene firmemente el control.

Ahora imagine una cabina en la que cada instrumento funciona de forma independiente, sin consolidación. El piloto se ve abrumado por datos inconexos, incapaz de separar la señal del ruido. Lo que pretendía potenciar ahora distrae e incapacita.

Por desgracia, impulsada por motivos competitivos y financieros, la industria tecnológica parece reacia a aventurarse en este tipo de soluciones integradoras, al menos fuera de China. Sin un incentivo financiero claro, el sueño de una plataforma digital auténticamente unificada parece lejano, por ahora.

Inspirándose en el sector energético, la aplicación Octopus Energy ofrece un rayo de esperanza. Al ofrecer integración con diversas tecnologías, presenta un anteproyecto para diseñar soluciones tecnológicas - manteniendo al usuario's holistic needs at the forefront.

El reto para las empresas es doble. En primer lugar, debemos resistirnos al brillo de la tecnología que no'no sirva para nada ni mejore la experiencia del usuario. En segundo lugar, hay's una necesidad urgente abogar por e invertir en una integración significativa que coteje los datos. Dicha integración agiliza las operaciones y ofrece una comprensión más rica del panorama empresarial, lo que permite a las empresas tomar decisiones más informadas.

Mientras continuamos nuestro viaje por la era digital, el destino final debe seguir siendo el mismo. Debemos defender la tecnología como nuestro aliado, no como un señor. La tecnología debe ser nuestro copiloto con nosotros en el asiento del conductor, y no al revés. 

Si damos prioridad a la integración centrada en el usuario y aprovechamos la tecnología con un propósito, podemos allanar el camino hacia un futuro en el que la tecnología enriquezca realmente nuestra vida personal y profesional.


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