Brexit sin acuerdo y fabricación

14 Feb 2019


Blog

Escrito por Dawn Dent, socio de Oliver Wight EAME 

La probabilidad de un Brexit "sin acuerdo", antes descartada como un escenario casi inverosímil, aumenta constantemente a medida que el 29 de marzo se acerca precariamente, sin que haya acuerdo. Para cualquier empresa, un Brexit sin acuerdo supone un riesgo importante, pero para la industria manufacturera, las consecuencias de una ruptura podrían ser especialmente problemáticas y tener un grave impacto a corto plazo.

En este blog, explico cómo se vería afectada la industria manufacturera, si el Reino Unido saliera de la Unión Europea sin un acuerdo el 29 de marzo de 2019.

Costes
Los costes aumentarán, si no lo han hecho ya: algunos fabricantes ya han gastado millones en almacenar materias primas y productos acabados en caso de retrasos en la frontera, y se enfrentan a la probabilidad de un aumento adicional de los costes.

En un Brexit sin acuerdo, Gran Bretaña pasaría automáticamente a las normas de la OMC, lo que instigaría toda una serie de dificultades, desde la introducción de fuertes aranceles, hasta las fronteras duras con el resto de la UE, pasando por la incertidumbre normativa. Habrá una gran complejidad en forma de aranceles y declaraciones aduaneras que repercutirán directamente en el coste de las mercancías, afectando a los márgenes y la rentabilidad. Los procesos fronterizos requerirían un tiempo adicional para el despacho de aduanas, y es probable que una ausencia de acuerdo provoque largas colas en Dover. Sin una respuesta de planificación adecuada, una ralentización de la cadena de suministro aumentaría los costes y disminuiría la satisfacción de los clientes, ya que los retrasos perjudican la eficacia operativa y la rentabilidad de las empresas.

El aumento de los costes podría verse agravado por la continua volatilidad de las divisas. Habrá que decidir si estos costes adicionales se absorben o se trasladan a los clientes. Dados los actuales retos de rentabilidad previos al Brexit, el aumento de los costes podría afectar aún más a la viabilidad comercial de las carteras de productos de los fabricantes.

Mano de obra y talento
Las empresas del sector manufacturero ya sufren una escasez de personal cualificado, ya que el Brexit afectó negativamente al flujo de talentos de la UE cuando Gran Bretaña votó a favor de su salida en 2016. El Gobierno ha confirmado que los que ya están en el Reino Unido tendrían derecho a permanecer en caso de un Brexit sin acuerdo, a la espera de solicitar con éxito el "estatus de asentado". Sin embargo, las políticas cada vez más estrictas con respecto a los que lleguen después del 29 de marzo de 2019 -es decir, el umbral mínimo de ingresos de 30.000 libras- podrían reducir significativamente el fácil acceso del sector manufacturero al talento marzo de 2019.

Además, un Brexit sin acuerdo obligaría a los fabricantes a buscar personal -ya sea interno o externo- con las habilidades y la experiencia necesarias para gestionar el papeleo adicional derivado del cambio a las normas de la OMC.

Oportunidades
Sin embargo, no todo es malo. En realidad, ya se está produciendo un Brexit económico, y así ha sido durante los últimos 15 años, al menos, según el reputado corresponsal económico y político del Independent, Hamish McCrae.

A lo largo de la última década, el mercado europeo ha experimentado una notable atonía en términos de crecimiento, sobre todo en comparación con otros mercados, especialmente los emergentes, como India y China. En consecuencia, las empresas británicas más inteligentes ya se habían reestructurado para atender a estos nuevos mercados, aprovechando las oportunidades y explorando nuevas fuentes de ingresos incluso antes de que el referéndum sobre la UE apareciera en el manifiesto político de Cameron.

Varios fabricantes ya han empezado a fabricar en el continente de consumo -Caterpillar en China, por ejemplo- evitando la carga de complicados acuerdos comerciales y derechos de importación. Otros fabricantes han cambiado el modelo de distribución, agilizando la cadena de suministro y atendiendo a sus nuevos mercados de forma rentable y efectiva.

Un Brexit sin acuerdo, sí, sería doloroso y costoso a corto plazo, pero a largo plazo, podría impulsar a las organizaciones (que aún no lo han hecho) a revisar su cadena de suministro y sus enfoques de fabricación. El cambio es inevitable y, si se adaptan las estrategias a los mercados globales, se rediseñan los modelos de distribución y se mejoran los procesos, los fabricantes pueden reestructurarse con éxito para seguir siendo competitivos.

  • Autor(es)


Comparte los botones: correo electrónico linkedin twitter