Navegar por la transición de la IA: por qué la gestión del cambio es crítica para la empresa

16 Jun 2023


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A mediados de mayo, BT Group se convirtió en la última gran empresa en anunciar despidos significativos después de que la firma revelara sus planes de recortar 55.000 trabajadores para finales de la década, con la inteligencia artificial sustituyendo alrededor de 10.000 puestos de trabajo. 

La sombría noticia debería suponer una nueva llamada de atención para empresarios y empleados. Subraya una realidad darwiniana, aunque en la era digital, a la que se enfrentan las organizaciones de todo el mundo: evolucionar o morir.

Estos avances transformadores nos han llevado a reflexionar sobre el papel de la inteligencia artificial (IA). Muchos han hablado del potencial de la IA para revolucionar los procesos empresariales, desde mejorar las previsiones hasta potenciar la planificación de la demanda. Pero esto es sólo una parte del panorama. Y ahora, gracias a la adopción masiva de la IA generativa, la amenaza y la oportunidad de esta herramienta se han convertido en algo personal.

Si las empresas no siguen el ritmo de la innovación y de sus rivales del sector, perecerán. Así que los modelos empresariales tienen que actualizarse. Así es, la última Encuesta Anual Mundial de CEO de PwCpublicada en febrero, reveló la necesidad de cambiar e innovar. Alrededor del 75% de los consejeros delegados mundiales encuestados afirmaron que pensaban que su empresa sufriría un descenso del crecimiento en el próximo año, debido principalmente a la incertidumbre económica y a la volatilidad de los mercados.

Además, el 40% de los encuestados afirmó que su organización no sería económicamente viable en una década si las cosas siguen como hasta ahora. Así pues, existe una necesidad urgente de abandonar el enfoque de "todo sigue igual", y la tecnología -y la IA en concreto- es una parte importante de esa evolución. Esta tecnología no es un destello en la sartén; arderá con fuerza a partir de ahora. El consejero delegado de Alphabet, Sundar Pichai, afirmó recientemente que el impacto de la IA sería "más profundo que la electricidad o el fuego".

Del mismo modo que muchas de las personas más ricas del mundo actual -Bill Gates, Elon Musk y Jeff Bezos, por ejemplo- surfearon las primeras olas de Internet, habrá considerables ganadores financieros de la época de la IA, que no ha hecho más que empezar. Algunas personas ya están viendo este paso hacia la IA (impulsado por empresas como Chat GPT), pero ¿a qué precio?

Terapia hablada
La IA empresarial, que es de lo que más se habla desde hace tiempo, será especialmente transformadora. Está claramente en una trayectoria ascendente. Con más y mejores datos, también mejorarán las predicciones y previsiones que ayudan a las organizaciones a planificar el futuro próximo y lejano. Pero las empresas seguirán necesitando humanos en el bucle para interpretar si el plan sugerido por la IA es el mejor.

Sin embargo, además de la IA empresarial descrita anteriormente, ahora estamos empezando a ver la IA más dramática, la que cambia la vida, que tiene el potencial de salvar o destruir a la humanidad, dependiendo de su sabor de columnista. Por supuesto, la verdad caerá probablemente en algún punto intermedio. Y no es demasiado fantasioso imaginar que, dentro de poco, la IA generativa, por ejemplo, podrá sustituir a muchas profesiones artísticas y basadas en reglas. 

Un futuro emocionante es posible, pero eso es poco consuelo para los trabajadores de BT que están ansiosos por perder sus empleos en las próximas semanas, meses o años.

Una de las campañas publicitarias de más éxito de BT, de los años 90, estaba protagonizada por el difunto actor Bob Hoskins y terminaba con el eslogan " Es bueno hablar". Me pregunto si la empresa avisó verbal o digitalmente a los miles de empleados actuales de que se iba a producir el hachazo. Sería oscuramente irónico que los trabajadores de la empresa de comunicación estuvieran desconectados de la realidad. 

Porque, a medida que la revolución de la IA cobra impulso, la gestión del cambio es una pieza fundamental. Realmente es bueno hablar. Y para que las empresas prosperen en la próxima década, el hombre y la máquina deben trabajar juntos.

Permitir la transformación
Entonces, ¿qué consejo doy a las empresas mientras navegan por esta transición? Hay dos aspectos clave a tener en cuenta. En primer lugar, las empresas tienen que reconocer que la IA no se trata sólo de prever y mejorar el negocio; se trata de permitir la transformación y reinventar toda la operación. Las organizaciones necesitan planificar cómo pueden utilizar esta información para mejorar sus capacidades actuales de planificación empresarial. Cada vez veo más este tema con clientes que tienen un proceso de planificación sólido y buscan llevarlo al siguiente paso. Si actualmente cuenta con un proceso inmaduro, la urgencia de mejorarlo para beneficiarse de estas mejoras es cada vez mayor.

En segundo lugar, como demuestra el anuncio de BT, las organizaciones ya están tomando decisiones sobre la plantilla debido a la IA. Si no está pensando en cómo la IA podría afectar a su negocio y a sus consumidores, se quedará atrás. No se trata sólo de sus procesos de planificación empresarial: la IA puede utilizarse para mejorar sus actividades de medios de comunicación/marketing, ayudar a comprender las tendencias clave de los consumidores y ayudarle a mejorar su oferta de productos/servicios.

Adoptar la IA y su potencial transformador es más que tecnología; se trata de personas, procesos y mentalidad. Requiere reconocer la perturbación que la IA puede causar, comprender la ansiedad potencial entre el personal y proporcionar la formación, el apoyo y la tranquilidad necesarios. Nos encontramos en los albores de una nueva era; su importancia no puede subestimarse. Las empresas deben gestionar activamente la transición, asegurándose de que aprovechan el potencial de la IA sin sacrificar el compromiso de sus empleados ni las relaciones con los consumidores.

Para los líderes que abordan la IA con una mentalidad abierta y voluntad de cambio, ofrece la oportunidad de agilizar las operaciones, mejorar la productividad, desarrollar y lanzar productos que los consumidores del futuro necesitarán, abrir nuevos mercados/oportunidades y seguir siendo competitivos. En última instancia, las empresas que no gestionen este cambio con eficacia corren el riesgo de convertirse en una de las víctimas de esta era transformadora.

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